Sirenas jorobadas
Por: Paulina DORANTES G
Calamares Gigantes, sirenas, el Kraken… Son varias las criaturas que han encantado a escritores como Julio Verne o Charles Dickens, convirtiéndose en protagonistas de grandes historias y ocasionando que deseemos conocerlas cara a cara. Dentro de estas mágicas bestias se encuentra, sin duda, la jorobada de más de 12 metros de longitud, la Yubarta.
En diferentes cuentos mitológicos se cuenta que cuando Odiseo se encontró con las sirenas hizo que sus hombres se taparan los oídos con cera para que no pudieran escuchar su canto, pero no tapó los suyos. Ordenó a sus hombres que no le prestaran atención, ni siquiera si les rogaba que remaran hacia ellas. Como otra medida de precaución, también hizo que lo ataran al mástil y fue así como, por fin, pudo escuchar el canto de las sirenas y sobrevivir en el intento. Investigadores e historiadores han llegado a la conclusión de que este “canto de sirena” pertenece al
sonido que emiten las ballenas jorobadas, un canto, dicen, que viaja a través de ondas sonoras en el océano y retumba en los cascos de los barcos llenando el
espacio de misticismo y una música peculiarmente hermosa.
Se dice, también, que la ballena jorobada es una protectora de la vida marina; el biólogo marino Robert Pitman presenció cómo dos jorobadas se interponían entre un grupo de orcas y una foca de weddell, la yubarta transportó a la foca hasta una placa de hielo y la puso a salvo. Poco tiempo después, y con una investigación de apoyo, el biólogo publicó un artículo en revista Marine Mammal Science en el que documentó otros casos como el que vio en la Antártida.
Son incontables las historias que se cuentan sobre los animales acuáticos, la historia de Odiseo es sólo un ejemplo de admiración hacia estos animales acuáticos y su mundo, un lugar de el cual aún nos queda mucho por aprender.
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